viernes, 27 de agosto de 2010

¿Por qué soñamos?

El dormir es un estado de consciencia paralelo que está continuamente en marcha, pero que normalmente está suprimido cuando estamos despiertos. Una vez despiertas las personas, sus cerebros revisan las imágenes de sueños para hacer coincidir lo que ve, oye y siente: los sueños son "corregidos" por los sentidos. Los científicos han hallado evidencia de que la actividad REM ayuda al cerebro a construir conexiones nerviosas, particularmente en sus áreas visuales. Cualquiera que pueda recordar un sueño vívido sabe que en ocasiones esas extrañas escenas nocturnas reflejan esperanzas reales y ansiedades. La gente puede leer casi cualquier cosa en un sueño, y lo hace. Las investigaciones sugieren que alrededor del 20% de los sueños tienen personas o lugares que el soñador ha encontrado. Es interesante notar que hasta hace poco se carecía de la posibilidad de estudiar esto por técnicas, objetivas.

¿Por qué llorar es saludable?

as lágrimas son la manera en que el cuerpo libera la tensión de forma natural, “Es una válvula de alivio natural”, ayudan en gran medida a eliminar las hormonas responsables del estrés y unas cuantas toxinas más. El llanto es capaz de generar endorfinas, que son hormonas que generan en el organismo una sensación de bienestar. Llorar es saludable en especial cuando se atraviesan situaciones de aflicción o de pérdida, la acción de llorar es ideal en estos casos para evitar desarrollar síntomas depresivos. Existen individuos que presentan bloqueos emocionales que les impiden llorar, en estos casos es necesaria la ayuda psicológica para que aprenda a evaluar sus situaciones, de felicidad, estrés o frustración, y pueda de manera progresiva procesar y lograr demostrar sus emociones.

La felicidad es hereditaria

La felicidad depende de los genes heredados, sólo somos conscientes de las relaciones sociales, el éxito laboral y la salud, el resto está escrito en nuestro mapa genético. El ser humano siempre busca la felicidad como una meta, como un estado ideal de bienestar. Sin embargo, la verdadera felicidad no es permanente, sino que se basa en pequeñas satisfacciones . La herencia genética implica que si una persona lucha por cambiar, aprender, esforzarse, entender y desarrollar su intelecto lo puede lograr. Sin embargo, si su entorno social y motivación es similar a la de sus progenitores gozará de capacidades similares a los padres. Según seamos hijos de una persona u otra, nuestra capacidad de recuperarnos frente a la adversidad, de alegría o de reacción ante lo inesperado es distinta. Los genes, juegan un gran papel en la forma en la que las personas perciben la vida, más que otros factores externos, de forma que pueden determinar los rasgos de la personalidad que predisponen a la felicidad, como ser sociable y no preocuparse demasiado. Así, unos genes adecuados pueden actuar de barrera frente a los momentos negativos de la vida de una persona y ayudarla a recuperarse. El ser humano no puede vivir en un estado de éxtasis permanente, el cerebro humano no está preparado para ello. La felicidad no es tan sólo un concepto puramente intelectual, sino el resultado de estímulos internos y externos del sistema límbico, estructura cerebral que gestiona las respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales.

¿Por qué creemos en lo sobrenatural?

Admitirlo es extremadamente común, y no puede ser eliminado con una educación científica, asegura el psicólogo de la Universidad de Bristol, Bruce Hood. La razón: los seres humanos nacen con un cerebro preparado para darle sentido al mundo, aunque sea a través de explicaciones que van más allá de lo racional y de lo natural. Esa característica les permite adaptarse y sobrevivir, las creencias y prácticas son, sin embargo, la norma y no la excepción. Así, por ejemplo, en una encuesta realizada con 1.000 adultos estadounidenses, se constató que el 73% de éstos afirmaba creer en, al menos, un fenómeno sobrenatural. Los niños generan el conocimiento a través del razonamiento intuitivo, un proceso que produce tanto creencias naturales como sobrenaturales. Con la educación científica se aprende que las creencias sobrenaturales son irracionales, pero dado que éstas operan en un nivel intuitivo, en realidad son muy resistentes a la razón y pueden permanecer dormidas incluso en las mentes de los adultos más racionales. Estamos pre-equipados con un diseño mental que crea un supersentido destinado a dar forma a nuestras intuiciones y supersticiones y que resulta esencial para nuestra manera de aprender a comprender el mundo. Por eso, es muy probable que no seamos capaces de eliminar del todo las creencias sobrenaturales ya que estas podrían servir para desarrollar los lazos de los grupos sociales, a pesar de que algunas de ellas persigan o marginen a los que no las comparten.